La Poderosa Muerte
Esta es una nota que hace mucho tiempo quería escribir, y ahora, entrando a las merecidas vacaciones, finalmente tengo tiempo de redactar.
Después de leer un montón de historias, del cerro torre, de la primera ascensión del Eiger, y ahora último de las aventuras de Tomaz Humar en los Himalayas, vuelve otra vez a mi el pensar en la muerte, que mal que mal, a cada uno de nosotros en alguna parte de nuestras vidas nos persigue.
Para quienes creen en una vida en el más allá, para quienes creen en la reencarnación, para los antiguos griegos, hay un punto que es común a todos ellos, el abandono de cuerpo físico, sea lo que sea que pase después .
Pero después del dolor, o el súbito momento en que el cuerpo deja de funcionar.... ya no hay nada. Entonces, ¿cuál es el gran problema? Que uno se muere no sólo egoistamente, es decir sólo. Deja su existencia congelada en la familia, en los amigos, en cada una de las personas con las que creó un vínculo. Y este sí es una tarea de responsabilidad. El instinto natural animal digamos, de crear familia, de trascender, se ve truncado y sin reparo. Es un salto al vacío y al desconocimiento más absoluto.
Y ese es el gran dilema, afrontar la vida con responsabilidad, porque uno deja más que piel corazón y pulmón al momento de abandonar la tierra. Esa libertad y oportunidad de trascender, de hacer de la vida perdure en esta vida es una meta que hay que buscarla por la vía correcta. Mi elección personal es buscar una meta, un gran objetivo, un sueño y perseguirlo a rabiar. Sin embargo, para tener éxito espiritual y real trascendencia, hay que poner cuidado en el cómo. La ética, el bien y desarrollo de la persona es fundamental. Es la esencia que nos hace hombres.
Hay gente que tiene que buscar lejos para sentir esa trascendencia, otros tienen la fortuna de vivir vidas simples. Cuál eres tú?. Sólo ten en cuenta esto: tu vida no es sólo una en 6 y medio billones de personas, es todo ese círculo que te rodea. Cuidalo, quien sabe si en las otras vidas que te toque vivir volverás a tener lo que hoy posees.
Después de leer un montón de historias, del cerro torre, de la primera ascensión del Eiger, y ahora último de las aventuras de Tomaz Humar en los Himalayas, vuelve otra vez a mi el pensar en la muerte, que mal que mal, a cada uno de nosotros en alguna parte de nuestras vidas nos persigue.
Para quienes creen en una vida en el más allá, para quienes creen en la reencarnación, para los antiguos griegos, hay un punto que es común a todos ellos, el abandono de cuerpo físico, sea lo que sea que pase después .
Pero después del dolor, o el súbito momento en que el cuerpo deja de funcionar.... ya no hay nada. Entonces, ¿cuál es el gran problema? Que uno se muere no sólo egoistamente, es decir sólo. Deja su existencia congelada en la familia, en los amigos, en cada una de las personas con las que creó un vínculo. Y este sí es una tarea de responsabilidad. El instinto natural animal digamos, de crear familia, de trascender, se ve truncado y sin reparo. Es un salto al vacío y al desconocimiento más absoluto.
Y ese es el gran dilema, afrontar la vida con responsabilidad, porque uno deja más que piel corazón y pulmón al momento de abandonar la tierra. Esa libertad y oportunidad de trascender, de hacer de la vida perdure en esta vida es una meta que hay que buscarla por la vía correcta. Mi elección personal es buscar una meta, un gran objetivo, un sueño y perseguirlo a rabiar. Sin embargo, para tener éxito espiritual y real trascendencia, hay que poner cuidado en el cómo. La ética, el bien y desarrollo de la persona es fundamental. Es la esencia que nos hace hombres.
Hay gente que tiene que buscar lejos para sentir esa trascendencia, otros tienen la fortuna de vivir vidas simples. Cuál eres tú?. Sólo ten en cuenta esto: tu vida no es sólo una en 6 y medio billones de personas, es todo ese círculo que te rodea. Cuidalo, quien sabe si en las otras vidas que te toque vivir volverás a tener lo que hoy posees.
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